Entrades

S'estan mostrant les entrades d'aquesta data: de desembre 2, 2018

Vivere a 5000 mslm

Imatge
Vivere a 5000 mslm, questo è l’Abra dell’Acay, il passo che divide l’altopiano semidesertico della Puna con il Valle Calchaquí. Non è facile gestire il sole a mezzogiorno, non è facile gestire il freddo di mattina e durante l’inverno, non è facile gestire il vento, sempre. Le piante, come la Pupusa (terza foto) la pianta medicinale più efficace contro il male di montagna, lo fanno. Piccoli cespugli attaccati qua e là, dove possono. Vivono anche persone, anche loro attaccati dove possono. Vivir a 5000 msnm, esto es el Abra del Acay, el puerto de montaña que divide el altoplano semidesértico de la Puna con el Valle Calchaquí. No es fácil gestionar el sol al medio día, no es fácil gestionar el frío por la mañana o durante el invierno, no es fácil gestionar el viento, siempre. Las plantas, como la Pupusa (tercera foto) la planta medicinal más eficaz contra el mal de montaña, lo hacen. Pequeños matojos enganchados aquí y allí, donde pueden. Viven también personas,

El sacerdocio de María

El sacerdocio de María                 María, porque así se llaman todas, aunque haya un océano que las separe, nos abrió la puerta después de la breve presentación del hijo mayor de Lucy. En Cobres todo tenía que ver con esa mujer que su vitalidad quedaba reflejada con sus ocho hijos, sus lanas y tejidos y en la comunidad Atacama a la que peetenecía, pero que no era suya. María estaba orguyosa del grande patio que había que servía tanto para juegos como para recibir a las personas. Algún mural y algún eslogan patriótico adornaban las paredes. Su orguyo seguía en la cocina, que fue lo siguiente que nos enseñó, limpia, iluminada, espaciosa, dijo. Sí, era una cocina donde a uno le venían ganas de perderse horas entre cacerolas y sartenes. Las habitaciones, como tenía que ser, por un lado los chicos, conté unas seis literas. Pero solo se quedan a dormir cinco. Las chicas al final del pasillo, ¿diez eran las literas? Duermen seis chicas, dijo automáticamente la mujer. No vi su habita