El tiempo en Leguizamón Leguizamón tiene su tiempo. Algunos podrán decir que como cualquier calle de cualquier ciudad del mundo. Para Claudia y Oliver no. Las primeras semanas que vivimos en Salta su organización espacio temporal tenía dos medidas, cuanto faltaba para su cumpleaños. 60 días decía Oliver cuando preguntaba Claudia. Para él cualquier cifra alta tenía el equivalente de 60. ¿ Cuantos caramelos, cuantas galletas, cuantos vasos de Coca-cola has comido o bebido? La respuesta era siempre la misma cantidad. Pues lo mismo pasaba cuando Claudia preguntaba por su cumpleaños o por el de su hermano, si no era mañana o pasado mañana, faltaban 60 jornadas. Para Claudia el juego resultó divertido hasta que encontró una segundo reloj, Leguizamón, la calle donde vivíamos. Aquí han hecho fuego, dijo Oliver una mañana, cuando los cafés aún estaban sirviendo los primeros cafés del día y las medialunas de las panaderías olían a recien hechas. Los restau