La frontera Por lo menos no hacía frío, pero la humedad de la noche no ayudaba al cansancio, ni a la una de la noche. Delante nuestro, un mochilón, y su chica, sacando ropa por la parte delantera de la mochila. No, era por la parte trasera. Espera, quizás era bien en el centro. Uno de los policias de la frontera entre Argentina y Bolivia, en este caso un funcionario argentino, no lo veía claro. Hay un artefecto, le decía al compeñero. La chica, unos treinta años y unos ochenta litros de mochila con expresión de circustancias. Sí, vieron el artefacto al fin. Creo que es esta bolsita. La puede abrir. La chica, que remedio, abrió la bolsita de sal del Salar de Uyuni. ¿ Se disculparon los agentes y le dieron las gracias a la chica? Que todo el mundo en la cola empezaba a pensar que formaba parte de un peligroso carter de narcotráfico. Pongamos que sí. Nuestro artefacto fue más fácil de detectar, en la mocila de Mónica había una pequeña esfera. ¿ Es u