Paisajes humanos
Paisajes humanos Eran tan iguales que no podían ser tan diferentes, las dos mujeres, Eulogia Tapia la famosa, la de la copla y una vendedora ambulante y anónima, tan estaba de paso por la Poma que no dejó ni su nombre, supongo que porque no se lo preguntamos. Y si se lo preguntamos, por aquello de los buenos modales, no lo dejamos apuntado y como todo aquello que no tiene un buen apoyo, el viento de la Poma se lo lleva. Las dos por encima de los setenta, las dos tostadas por el Sol, una pastora de cabras y ovejas, y también alguna vaca. La otra vendiendo cachivaches y trastos, algunos artesanos, los menos, otros comprados en la Quiaca, hechos en alguna fábrica, un poco más arriba, los más. Las dos con narices grandes y con arrugas aun más grandes. A Eulogia la pillamos de buenas y se fotografió con nosotros, otros dicen que ni hablar quiere con los extraños. La mujer anónima, pidió continuar así, liviana como el arie. ¿ Pero no le importa que escribamos lo que hab